Muchos hombres se ponen nerviosos cuando una chica tarda en responder, sobre todo esi es algo repentino y se preguntan qué hacer si una chica tarda en responder.
Cada vez que te pones nervioso al ver que ella tarda en responder tus mensajes y empiezas a pensar: «¿Habré hecho algo mal?», estás empezando a mostrar inseguridad, ya que en el fondo puede que sientas que no eres suficiente bueno para la mujer con la que estás hablando.
Porque si estuvieras seguro de ti mismo, confiado en quién eres, sin apego al resultado, estarías tranquilo con lo que pasase. Estarías ocupado con tu vida, sin hacer que ella sea el centro de tu mundo, ni de tus preocupaciones. Te quedarías centrado en tu propia órbita, sin intentar entrar en la suya como si de pronto toda tu existencia girara en torno a ella o sus mensajes.
Pero cada vez que pierdes tu centro, comienzas a proyectar necesidad e inseguridad. Y eso no solo apaga la atracción. También hace que ella se aleje un poco más, para recuperar el espacio emocional que siente que tú estás invadiendo al intentar acercarte más de la cuenta. Y esta es una de las trampas más comunes.
En el momento en que te preguntas: «¿Habré hecho algo mal?», ya saliste de tu marco. Pasaste de ser el premio a querer demostrar tu valor. De presencia magnética a audicionar emocionalmente.
Y no solo no es atractivo. Es repelente, porque le entregaste a ella el marco. Ya no eres un hombre que avanza con dirección. Ahora orbitas alrededor de su validación como un satélite emocional. Por eso, si estás constantemente reaccionando a sus mensajes, a su estado de ánimo, a su disponibilidad… ya la hiciste el sol de tu sistema emocional.Y ninguna mujer quiere a un hombre que orbita alrrededor de ella, sino que buscan un hombre cuya dirección está clara y avanza con o sin ella. En el momento en que ella se convierte en el centro de tu mente, tú dejas de ser el hombre alrededor del cual quiere orbitar.
Entonces, qué hacer si una chica tarda en responder
- ¿Ella se aleja un poco?
Tú te recuestas y te metes más en tu propósito, en tus amigos, en tu movimiento. No por despecho. Sino porque estás completo. - ¿Se demora horas en responder?
No te desmoronas. No asumes lo peor. No vuelves a escribir para «ver si todo está bien». Mantienes tu ritmo. Su silencio no amenaza tu identidad. - ¿Sientes una baja en la conexión?
No buscas hablar de “nosotros” para recuperar cercanía. Vuelves a ser la chispa, con juego, misterio, o con una carga emocional sin disculpas.
Y hacer esto no significa apatía. Significa soberanía emocional.
La clase de energía que crea tensión, respeto, curiosidad dice:
«Me gusta. Pero si desaparece, mi vida no lo hace. Sigo pleno, enfocado e inquebrantable.»
Solo esa energía ya cambia cómo se siente ella a tu alrededor. Ella siente que no la necesitas.
Y justo ahí… es cuando empieza a perseguirte.